5.07.2008

UNS ARTICLES MÉS


Avui us deixe algun article més sobre la realitat valenciana. És del Catedràtic de Ciències de la Computació de la UV, Gregorio Martín. Cal llegir-lo i prendre'n bona nota.


Vicepresidentes, no sean cómplices (LEVANTE-EMV)


GREGORIO MARTÍN


Zapatero cubre en buena parte la cuota valenciana, con dos vicepresidentes relacionados

con la CV. Por ello, como ciudadano de esta tierra que cree que su gobierno autonómico no dice la verdad sobre nuestra situación financiera, debo exigirles que cumplan con sus obligaciones desde la responsabilidad de estado que ejercen. Argentina es un ejemplo de lo que ocurre cuando los Estados quiebran. Sin embargo, no se conoce lo que puede ocurrir cuando un gobierno autonómico entra en quiebra.Con independencia de lo que cada uno vote, todo ciudadano de la Comunitat Vvalenciana debería leer a Cruz Sierra (Levante-EMV, 28 de abril): «? se hará cualquier pirueta con tal de no afrontar la realidad, siempre maquillada, de la situación extremadamente grave de la Hacienda autonómica. El hundimiento de los ingresos fiscales, el aumento descontrolado del gasto público, la imposibilidad legal de recurrir a más endeudamiento y la evidente falta de disciplina presupuestaria han colocado a la Administración autonómica en una posición de difícil salida? es incomprensible la huida hacia delante de Camps y su colegio de vicepresidentes intentando forzar vías extra de financiación antes de poner orden en las cuentas propias».Este no es un tema de ahora. Ya en junio del año 2004, cuando la agencia de evaluación de riesgo Fitch modificó de estable a negativo su pronóstico, constaté que la deuda de la Generalitat registrada por el Banco de España, a finales del 2003, era de 7.668 millones y añadí otros números rojos que lastraban al Consell: a) los resultados de las empresas en las que participaba (y participa) al 100%, como Cacsa o Televisión Autonómica Valenciana (deficitarias entonces en 1.824 millones); b)las entidades de derecho público, como el Instituto Valenciano de Finanzas, que cerraron ese mismo período con un saldo negativo de 1.183 millones y c) las obligaciones recién aparecidas tales como las derivados de la Copa del América. Entonces, el consejero Camps garantizó «absolutamente todos los gastos finalistas preferentemente sociales, de sanidad y educación». Aunque la jerga económica me supera, sabía que se faltaba a la verdad, y hoy, en 2008, con la situación financiera de la sanidad, la justicia y la universidad sé que no estaba equivocado.Lo que siguió fue un plan de saneamiento presupuestario ante el Gobierno y el resto de comunidades autónomas. Allí, la Intervención General de la Administración del Estado reveló que el supuesto superávit de 4 millones de euros, que el Consell aprobó al liquidar sus cuentas de 2003, escondía, en realidad, un déficit de más de 600 millones. Ante aquello se asumió un plan de equilibrio para las cuentas entre 2005 y 2007, de forma que el Consell sólo podría endeudarse si justificaba que los fondos se destinarían a inversiones. Para el año 2006, el límite de aumento de la deuda acordado era de 302 millones de euros y la Generalitat tuvo la desfachatez de liquidar estas cuentas con un supuesto superávit de 821 millones de euros, aunque poco se tardó en saber que al cierre del año la deuda pública ya sumaba 10.931 millones de euros, lo que suponía 700 millones más que un año antes (más del doble de lo autorizado). Cada valenciano, sin contar las fianzas dadas y las participaciones en empresas deficitarias, debía 2.264 euros, mientras que la media de deuda por habitante del resto de las comunidades autónomas era de 1.343.Mientras tanto, el Consejo de Política Fiscal y Financiera aprobó por unanimidad en junio de 2006 el reparto individualizado del objetivo de estabilidad presupuestaria para las autonomías en el trienio 2007-2009: el conjunto de las CC AA tendrían en 2007 un déficit del 0,1 % del PIB. Este porcentaje era el resultado de los planes de saneamiento presentados por las comunidades autónomas, con la Comunitat Valenciana como enfermo más grave, y así el reparto se hizo de la siguiente forma: Castilla-La Mancha, Baleares y Canarias, un déficit del 0,01 % del PIB; Cataluña del 0,02 %; y la CV del 0,03%. El objetivo era que para 2008 y 2009 todas tuvieran un equilibrio presupuestario.Sin embargo, los incumplimientos de 2006 tuvieron sus efectos y la decisión del Estado fue congelar la deuda que podía emitir el Instituto Valenciano de Finanzas, momento en el cual tomaron cuerpo dos realidades que son un paso más hacia la plasmación de la crisis: busca de préstamos a corto plazo, tanto para cerrar determinados agujeros, como para nuevas ideas (circuito de Fórmula 1) y pensar en recurrir a entidades financieras extranjeras que no controla el Banco de España.Desgraciadamente, la bola no ha dejado de crecer y así el Gobierno rechaza autorizar a la Generalitat nuevas deudas en 2007. Ésta sigue faltando a la verdad liquidando el presupuesto de 2007 con un superávit formal de 338 millones, afirmando que la deuda pública no se ha movido en 2007, cuando el Banco de España dice que lo ha hecho en 620 millones.Lo que sigue es ya dura actualidad diaria para los ciudadanos que vivimos con una administración en suspensión de pagos: la situación denunciada por la Fiscalíaa de Castellón, el parón en las obras de La Fe, el colapso en las cuentas universitarias, el retraso en las obras de la pista de Ademuz, las oposiciones a cuerpos de funcionarios empantanadas durante años, la no aplicación de la ley de Dependencia en la Comunitat Valenciana?. Vuelvo al principio. Solbes, Fernández de la Vega: el gobierno de la Generalitat Valenciana tiene toda la legitimidad democrática, pero sus cuentas no reflejan la realidad y nadie se atreve a decir la verdad a los valencianos. Son vitales unas medidas que primero hagan que la situación se pare y para que luego pueda enderezarse; en ello va nuestro futuro y calidad de vida. Si ustedes siguen temiendo, por razones electorales, al victimismo que desarrolla el actual Consell, serán cómplices, por omisión de sus obligaciones en el Gobierno del Estado, de las duras situaciones que nos aguardan a los valencianos.*Catedrático de Ciencias de la Computación. Universitat de València