10.01.2017

Cuando la extrema derecha ocupa el centro sin que salten las alarmas ALEJANDRO TORRÚS EL PULPITO LAICO


La ultraderecha encuentra hueco en el conflicto catalán, respaldada por determinados partidos y medios,  para colar su discurso identitario. La idea de un nacionalismo español reaccionario y excluyente se fortalece frente a los que entienden España como una nación de naciones que tiende al federalismo. 

Es difícil darse cuenta. El mensaje llega a nosotros envuelto en una bandera rojigualda con toques de sentimentalismo. Apela a tus emociones. Trata de noquear tu razón. Se camufla entre datos, cruces de acusaciones y expresiones grandilocuentes como 'golpe de Estado' o "sediciosos catalanes'. El 'España se rompe', la AntiEspaña y el discurso de los enemigos de la patria. Otra vez. La idea que se desprende de ese mensaje es que, por un lado, aquel que defiende la celebración de un referéndum en Catalunya es antiespañol, rojo, separatista. Sea de Madrid, de Huelva o de Vic. Por otro, que la única manera de entender España y de sentirse español es la negación a ultranza de una España plural y diversa. Te lo venden como sentido común, como la normalidad, pero es el mensaje de la extrema derecha. Y lo tienes ahí, delante de ti, envuelto en la bandera de España. 
"La extrema derecha está viendo cómo uno de sus ejes básicos, que es la unidad y homogeneidad de España, está siendo reforzado, apuntalado, reivindicado e incluso catapultado por partidos políticos tradicionales y medios de comunicación. Se sienten respaldados y legitimados. Están consiguiendo impregnar el debate público con su discurso, que está siendo comprado o asimilado en términos muy similares por partidos como el PP", explica a Público el periodista experto en extrema derecha Miquel Ramos, autor del artículo ¿Cómo dejamos de preocuparnos y comenzamos a amar a la nueva ultraderecha?, que fue publicado en The New York Times.  
Pero, ¿cómo se naturaliza a la extrema derecha? ¿Cómo se sitúa su visión de España en la centralidad del discurso? Hay muchas maneras. Todo ha sucedido en apenas unas semanas, desde la aprobación de la ley del referéndum. Este artículo recoge tres ejemplos. El primero de ellos es el caso del ultraderechista Juan Antonio Llopart, ex líder del partido neonazi Movimiento Social Republicano y exmiembro de una editorial que se dedica, según la Audiencia Provincial de Barcelona y el Tribunal Supremo, a difundir ideas genocidas y negacionistas del Holocausto. Llopart escribió una carta en su muro de Facebook dirigida a su hermano, alcalde independentista de una localidad catalana, en la que Llopart trataba de recordar a su hermano el amor a España que le habían inculcado sus padres. La carta se hizo viral y diferentes medios no dudaron en hacerse eco.
En esta ocasión también hay que descender al cuerpo de la noticia para conocer que el autor del artículo no es un catalán cualquiera, que se trata del ultraderechista Llopart.

La web de Antena 3 Noticias también recogió la información en una noticia titulada Escribe una emotiva carta a su hermano, un alcalde separatista catalán: "Ser español es un honor"Sin embargo, Antena 3 no explica quién es la persona que firma la carta. Ni explica que ha pertenecido a un movimiento neonazi. Nada. Se limita a profundizar en los aspectos emocionales de la misma. 
Las cartas de Llopart han conquistado terreno. De un medio escorado en la ultraderecha, La Gaceta, a dos de los medios más seguidos del Estado: El Mundo y Antena 3. Los grupúsculos de extrema derecha, tal y como informó Público, comenzaron recientemente un nuevo intento de metamorfosis estética y suavización de su imagen con el objetivo de llegar a nuevas clases sociales. Fascismo 2.0: del gueto a la transversalidad para intentar el "gran asalto, tituló este diario aquella información. La intentona ha quedado de momento en fracaso, pero con la cuestión catalana encima la mesa, sus voces encuentran eco en espacios caracterizados por la defensa de la Constitución del 78 y el rechazo a que Catalunya tenga derecho a decidir. 
"Están dando voz a un negacionista del holocausto. Es una barbaridad. Eso es imposible pensar que sucedería en un país como Alemania. Pero aquí está sucediendo. Están blanqueando discursos y personas que son de extrema derecha. Hay determinados medios y partidos que deberían plantearse qué están haciendo. Bajo mi punto de vista, están dando alas y blanqueando a la extrema derecha. Ahí está lo que sucedió de Zaragoza", prosigue Miquel Ramos. 

Lo que sucedió en Zaragoza

Miquel Ramos se refiere al acto de Unidos Podemos y otras fuerzas para solicitar un referéndum pactado y a la movilización-protesta convocada por un grupo de extrema derecha. Alrededor de 400 personas acudieron a la llamada del grupo ultraderechista Movimiento Aragonés Social (Mas), entre los que se encontraban cargos del PP y varios agentes de Policía, de paisano, según desveló eldiario.es. Muchos iban envueltos en la bandera de España y la mostraban con rabia a los diputados. Entre ellas, también había alguna del aguilucho, la bandera de la España de Franco. "Contra la traición, ejecución", gritaban. Los cargos públicos tuvieron que cerrar a cal y canto todas las entradas al recinto.